El impacto de la industria textil al descubierto por el Covid-19



El pasado febrero nos sorprendían las imágenes aéreas de China en las que veíamos una drástica reducción de la contaminación en las zonas industriales. Por desgracia se debe al impacto del Covid-19 que obligó a paralizar al país asiático. Ahora que todo vuelve a la "nueva normalidad" los motores se ponen de nuevo en marcha suponiendo una vuelta a las emisiones contaminantes habituales. A muchos nos parece una verdadera pena volver a "manchar" esas fotos tan esperanzadoras. Pensamos que es por una buena causa, la económica, y eso parece justificarlo. Nada más lejos de lo que realmente debemos plantearnos: un cambio en la forma de producción ligado a un cambio en los hábitos de consumo. No nos hace falta toda una pandemia para frenar la contaminación, nos hace falta un pequeño cambio en nuestras vidas. En este post me centraré en la industria textil.

¿Sabías que el 10 % de la contaminación global en el mundo procede de la industria de la moda?

Esto va asociado directamente a que consumimos mucha más ropa de la que necesitamos y no solo eso, compramos una ropa que para tener ese precio está fabricada explotando recursos naturales indiscriminadamente, usando sustancias altamente nocivas y bajo unas condiciones laborales que ignoran los derechos humanos. A esto se le suma el gran impacto climático del transporte de la mercancía. Es la llamada ‘moda rápida’ que se basa en una fabricación barata, un consumo compulsivo y un uso efímero. La comunidad científica pide un cambio más sostenible del modelo de negocio. 

Necesitamos recuperar la industria textil europea

El impacto del cierre de China ha puesto de manifiesto la debilidad que tenemos en el sector textil al depender en gran parte de este país. Necesitamos fabricar en Europa, no solo para fortalecer nuestra industria textil, sino porque necesitamos autonomía ante un panorama incierto en el futuro. Además, aprovechando la necesidad de este cambio, debemos crear una industria sostenible, respetuosa con el medio ambiente y con unas condiciones laborales dignas.

Es hora de cambiar nuestros hábitos de consumo textil

La industria textil está a merced de la demanda. Si los consumidores evitamos la moda rápida y nos decantamos por una ropa de calidad, de diseño, de cercanía y sostenible la industria textil se adaptará sin duda y todos saldremos ganando: el sector textil local, los consumidores y por encima de todo, el medio ambiente.





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